Publicado en el foro de la Maestría en gestión de proyectos de la UCI.
Particularmente y a pesar de mi formación profesional y además de haber sido por más de 10 años docente en reconocidas universidades de la ciudad, siempre tuve mis reparos al tema de la educación virtual.
De un tiempo para acá -hace unos cinco años- he podido notar que la innovación y los avances tecnológicos han derribado los paradigmas que tenía hacia este modelo de educación (que más ejemplo que soy un afortunado partícipe de esta maestría).
Muchos factores como la calidad de contenidos, la cantidad y disponibilidad de la información, la posibilidad misma de "customizar" el modelo educativo, las plataformas virtuales, los avances y la actualidad tecnológica hacen de la educación virtual el método ideal para aquellos que no disponen del tiempo suficiente para ir a un claustro educativo, o simplemente porque no tienen acceso a cierto tipo de estudio de manera local, o más aún, porque su quehacer diario (personal y/o laboral) no le permite permanecer siempre próximo al centro de estudios tradicional. Todos estos factores reunidos ofrecen inmejorables ventajas sobre cualquier otro modelo educativo.
¿Desventajas? Claro que las hay, pero son -pienso- más del ámbito personal que colectivo o del modelo mismo. Los participantes debemos ajustarnos a un nuevo régimen que se basa en la ruptura de rutinas educativas pre-adquiridas, y debemos adaptarnos al nuevo orden. Los tutores tienen por tanto el deber de cautivar y motivar a su audiencia para permanecer firmes en el propósito sin permitirles perecer en el intento.
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